lunes, 12 de noviembre de 2012

No llores porque acabó, sonríe porque sucedió.

No llores, empieza a sonreír lentamente, empieza a recordar todo aquello que te hizo feliz. Juraría que ha sido más de una vez las que has reído. ¿No eres correspondida? Da igual, piensa en tus amigos, en tu familia pero sobre todo piensa en ti, que eres lo más importante. Si no es él, es otro. Solo tienes que abrir bien los ojos y saber quién es la persona adecuada, esa que daría todo por ti, esa que cuando tú hayas caído y nadie se a dado cuenta de eso él te agarre con fuerza para que no vuelvas a caer, esa que no te haga llorar y se dedique a hacerte feliz o al menos intentarlo, esa que cuando llores esté a tu lado para secarte las lágrimas, esa que impida que la gente te haga daño, esa persona que te guíe cuando estés perdida, esa que te indique el camino correcto y que a cada paso que des esté a tu lado apoyándote en todas las decisiones que tomes, esa persona que te trate como te mereces, una princesa. Que te coja de la mano y te lleve a ser feliz a su lado. Sé que no es fácil dejar todo atrás, sé que piensas que lo que te ha dado otra persona no te lo podrá dar nadie, pero no es así. Siempre aparecerá esa persona que esté dispuesta a ayudarte en todo y te haga sonreír sin darte cuenta. Ahí te darás cuenta de que todo es posible, y que si has llorado y lo has pasado mal es hora de levantarte, mirar a tu alrededor y sonreír por ver que hay alguien que está dispuesto a hacerte feliz. Y cuando aparezca esa persona pensarás; Es él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario