lunes, 19 de noviembre de 2012

Mientras dure.

Y llega un momento en el que te paras a pensar y te das cuenta de que sí, de que te has enamorado. De que no puedes vivir sin esa persona, de que con cada cosa que te dice te saca una sonrisa, que pasas cinco minutos sin hablar con él y ya le echas de menos, que con un simple 'te quiero' hace que tengas ese extraño cosquilleo en el estómago. Y es que, aunque no quieras asumirlo estás enamorada, sí enamorada hasta las trancas y ya no hay vuelta atrás, no puedes hacer nada para sacar a esa persona de tu cabeza. Te das cuenta de que te has enamorado y no puedes evitar no sentir esas sensaciones que te invaden al recordar su sonrisa, su mirada, sus besos, sus caricias, sus abrazos todo lo que has vivido y te queda por vivir junto a esa persona tan especial, esa persona que se ha convertido en todo en tan poco tiempo. Te paras a pensar, y sientes miedo, miedo de perder a esa persona, miedo de que se vaya y te deje sola en medio de toda esta gente, miedo de no verlo a tu lado en los peores momentos, miedo de que se canse de ti y ya no te quiera como tú lo quieres a él, miedo al pensar que ya no encontrarás a nadie que te quiera y te haga sentir tan especial como lo hace él, miedo de no volver a sentir lo mismo por nadie. Y es así, ya nunca volverás a sentir por alguien lo que sientes en estos momentos por él. Es un sentimiento tan fuerte que es muy difícil volver a sentirlo, será un sentimiento parecido pero no igual. Sé que a veces no demuestro todo lo que siento por él pero es que me da miedo demostrárselo y darlo todo por él, sí me da miedo. Hay veces en las que pienso que aunque yo daría todo por él, algún día se cansará y se irá, como hacen todos lo que han pasado por mi vida. He perdido a mucha gente no sé si por mí o por ellos, pero he perdido a personas que eran lo más importante y lo único que tenía en mi vida. Y aún así, pese a todos los palos y el haberme quedado muchas veces sola, sin nadie a mi lado sigo aquí, de pie y caminando hacía mi destino. Sé que habrá veces en las que me equivoque eligiendo mal camino o tropezando con una gran piedra, pero espero tenerlo a él a mi lado para guiarme y levantarme cuando yo haya caído y curarme las heridas que me quedan de todas esas caídas. Siempre me pongo en lo peor para luego no llevarme sorpresas, pero mientras dure lo bueno tendré que disfrutarlo y no pensar que esto se va a acabar, sé que no puedo decir siempre, porque nada es para siempre y todo tiene su principio y su final. Pero mientras esté a mi lado intentaré disfrutar de su compañía como una niña pequeña.

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